El Archivo Histórico de RTA despide al mayor ídolo popular

Diego Armando Maradona deja una huella mundial. En Napoles le seguirán rezando. Y el pueblo argentino tiene un nuevo mito máximo, símbolo nacional de rebeldía plebeya. Compartimos una lista de reproducción con algunos de los momentos más importantes de su vida

25/11/2020
El Archivo Histórico de RTA despide al mayor ídolo popular

Tal vez sea la clave de este deporte: en un universo que gira con devoción alrededor de una pelota, la originalidad no es lo que abunda, pero es lo que siempre se espera. En cada detalle, en cada giro, en cada gambeta, en cada pase o en una definición magistral que culmina una linda jugada, los espectadores estamos en la búsqueda perpetua de esa especie de milagro, como niños en donde el placer del juego y la diversión nos permiten torcer por un instante las reglas de lo que nos rodea. Las comparaciones con otras disciplinas no son pertinentes. En todo caso, es común la alusión a la música y la danza para definir su belleza estética. En Sudamérica, la alegría de la samba y los firuletes del tango fueron largamente utilizados para marcar los contrastes del fútbol brasileño y el fútbol argentino.

Los ídolos del fútbol: en ellos, entre glorias y penurias, se sintetizan todas las aspiraciones y exigencias de los espectadores. Son los pocos “tocados por la varita” que, jugando por el placer de jugar, llegan a estar en boca de todos, en las tapas de todos los diarios y en la imaginación de todos los niños. Dentro de la mitología futbolera se suele decir que cada diez o quince años ocurre el arribo de un talento excepcional. Aquel que puede llegar a corporizar la creación pura y el milagro.

Desde los potreros de Villa Fiorito, un niño llamado Diego Maradona comienza a asomarse al sueño del fútbol. Con nueve años de edad, ingresa al “semillero” infantil del club Argentinos Juniors e integra el equipo de los “Los Cebollitas”. No pasará mucho tiempo para que a los oídos de Pipo Mancera, el conductor del exitoso programa “Sábados circulares”, llegue el comentario de que en la cancha de Argentinos un chico es el deleite del público haciendo malabares con la pelota en los entretiempos de los partidos. De esta manera, el niño crack hace su primera aparición en la pantalla de televisión.

Luego, el 20 de octubre de 1976, con 16 años, Maradona debuta en la primera división del fútbol argentino en un partido en que el equipo de La Paternal cae derrotado por 1 a 0 ante Talleres de Córdoba. Al mes siguiente, el 14 de noviembre, convertiría su primer gol en un encuentro frente a San Lorenzo de Mar del Plata.

A partir de un compilado de registros de nuestro acervo, con varias de sus mejores jugadas, inolvidables goles y etapas de su vida, desde el Archivo Histórico de RTA SE homenajeamos a Diego Armando Maradona. A modo de ejemplo, en la cinta [Un joven Maradona comienza a deslumbrar al mundo], luego de una presentación editada para el exterior, y locutada en inglés por Silvia Fernández Barrio, se recogen aquellos goles que con la camiseta del “Bicho” lo consagraron máximo anotador de cinco torneos consecutivos. Entre esos goles se destacan los cuatro famosos convertidos a Boca y a su arquero, Hugo Gatti.

Tras cancelar su pase desde Argentinos Juniors al Fútbol Club Barcelona e integrar el plantel xeneize, el 22 de febrero de 1981 Diego Maradona debuta oficialmente en un partido de local contra Talleres de Córdoba, el mismo que años antes lo había visto debutar en Argentinos Juniors. Infaltables en el recuerdo, y también presentes en la cinta mencionada, son la gambeta al arquero Ubaldo Fillol, en el 3 a 0 en la Bombonera contra River Plate, y aquel gol, también en otro clásico, que hizo decir al comentarista Enrique Macaya Márquez: “el único que puede pensar que Maradona le va a pegar al arco desde ahí es Maradona”.

Luego de conquistar el Torneo Metropolitano 1981, Maradona es considerado el mejor jugador del momento, y comienza a deslumbrar al mundo. Ante las cámaras que lo interrogan, y en tercera persona, el joven 10 de Boca admite que le da satisfacción ganar, porque las victorias hacen felices a los chicos que son como fue él, a quienes promete no defraudar jamás. Maradona se pasa los siguientes 15 años cumpliendo. A Diego le aguarda la gloria en la segunda mitad de los 80. Cumple su ansiado sueño infantil: ser campeón del mundo. Después de México ’86 vendrán otras escenas: el scudetto con Napoli, la frustración en Italia ’90, la desgarradora tristeza del Mundial ’94, la vuelta heroica a Boca, las polémicas, el retiro, el buzo de DT de la selección.

Así empezaba la leyenda del mejor jugador de fútbol de la historia, una que parece lejos de terminar, porque se acrecienta a cada minuto. Sus pies ya no tocaran una pelota, pero seguirá siendo su dueño eterno. Los potreros de Fiorito, los campos profesionales de América y Europa y el césped artificial de Dubai, recordarán sus pasos. Las canchas argentinas, que volvió a recorrer con el buzo de director técnico del Lobo platense, pudieron despedir al barrilete que supo transitarlas como nadie. No lo olvidarán. Los hinchas, los amantes del fútbol, tampoco.